martes, 9 de julio de 2013

BELMONTE DE MIRANDA PROFUNDIZA EN EL PASADO





                                          Yacimiento arqueológico de Vigaña


Fuente La Nueva España

Belmonte de Miranda iniciará este mes de julio un viaje al pasado a través de la segunda edición de las jornadas «Arqueología y Patrimonio: El estudio del medio rural desde la Arqueología del Paisaje». Todos los viernes del mes, a las siete y media de la tarde, el edificio Belmonte Sociocultural acogerá conferencias. Y el día 19, a las cuatro de la tarde, habrá una visita guiada a la excavación tardorromana de Vigaña.


Las jornadas tratan de acercar al público el trabajo realizado en Vigaña por un equipo de investigadores de diversas universidades europeas que, coordinados por la arqueóloga Margarita Fernández Mier, trabaja desde 2009 en un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. Las jornadas cuentan con el apoyo del Ayuntamiento y la Fundación Valdés Salas, de la Universidad de Oviedo.

Comenzará el ciclo este viernes con las charlas «El poblamiento prehistórico de la cuenca del Pigüeña: Vigaña como caso de estudio» con David González, de la Universidad Complutense de Madrid, y «La fundación de la aldea de Vigaña: del vicus romano a la villa medieval», impartida por Margarita Fernández Mier, de la Universidad de León.

La próxima semana, Javier Fernández Conde, de la Universidad de Oviedo, hablará sobre «Los monasterios medievales del Occidente de Asturias» y Carlos Marín Suárez, de la Complutense, sobre «Etnoarqueología y Arqueología del pasado reciente: excavando el presente».

El 19 de julio será el turno de Alejandro García, de la Universidad de Oviedo, que ilustrará sobre el proyecto arqueológico que coordina: «El castillo de Gauzón (Raíces, Castrillón) en los orígenes del Reino de Asturias». También participará Ana Fernández con el tema «Revisión de la política de patrimonio en Asturias».

El último viernes del mes se celebrará una mesa redonda sobre «Ganadería, identidad y paisajes culturales en la montaña asturiana». Intervendrán: José Alba, de la Universidad de Oviedo; Aurelio Antuña, de la consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos; Francisco Díez, ingeniero forestal; David González, de la Complutense; Serafín González, ganadero; Alberto González, del Principado de Asturias y la Alcaldesa, Rosa María Rodríguez González.


El grupo de investigadores liderado por la historiadora y arqueóloga Margarita Fernández Mier está excavando en los alrededores de Vigaña, en Belmonte de Miranda, desde el 1 de julio, para poder comprender y documentar una serie de asentamientos que van desde la época romana hasta la Alta Edad Media. «Excavamos en Vigaña porque hay yacimientos de varios tipos que permiten entender la historia de Asturias», explica. Estos trabajos los comentan in situ todos los viernes de julio con excursionistas que salen a las once de la mañana de la Oficina de Turismo de la capital del concejo. Por las tardes, en el edificio sociocultural, importantes investigadores ofrecen conferencias.


Estarán en Vigaña hasta finales de mes; previamente, han realizado prospecciones en la zona «para luego decidir dónde excavar», detalla. Ahora mismo se encuentran con dos catas abiertas, una en un prado y otra en un bosque en el que ya antiguamente los vecinos sabían que había un castro. Llevan tres años trabajando en la tesis de Fernández Mier y ya han realizado investigaciones en Cea (León) y en Vigaña, donde, el pasado año, encontraron, bajo un hórreo, vestigios de ocupación desde el siglo VII hasta hoy.


Las catas se encuentran en zonas de cultivo medieval y moderno; por esa razón, los más mayores del pueblo conocen la existencia del castro, que, con anterioridad a la Guerra Civil, probablemente se encontraba al descubierto. En la primera cata, en la pradería, han encontrado evidencias de estructuras domésticas, «probablemente anteriores a los romanos», valora Fernández Mier.


Todo lo que recaban en la excavación, como muestras de polen, piedras y huesos, se envía al laboratorio de la Universidad de León, que lo examina. También remiten materiales a Napóles, donde se realiza un análisis de isótopos que permite conocer qué se cultivaba.


El proyecto de Vigaña forma parte de una investigación en red con otras universidades españolas, como la Complutense de Madrid, País Vasco y Salamanca y otras europeas, de Islandia, Italia, Inglaterra y Noruega. Todos los científicos pondrán en común los resultados en una monografía en lengua inglesa.


En las excavaciones del castro han podido conocer «un hábitat de hace unos 3.000 años, donde vivían grupos castreños de la cornisa cantábrica que se movían habitualmente», comenta Daniel González, uno de los investigadores, quien añade que, en un momento dado, «se produce un cambio cultural y social, y estos grupos comienzan a establecerse en castros estables, que son las primeras aldeas». De ese tiempo se sabe que «el clima era más o menos parecido al de ahora» (en época romana, fue más cálido) y deducen que existía más vegetación arbórea. Los constructores del castro «aprovechaban el terreno para la monumentalizar la edificación, con muros y zanjas», explica González.
                                            

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